Saiaz Getaria fue casa-torre en este promontorio costero, levantada a pico sobre un acantilado en el siglo XV en estilo gótico. Basta asomarse a cualquier ventana de poniente para sentirse guerrero en el bastión, defendiendo a Getaria de invasiones muy medievales. Hoy a Getaria sólo la invaden las olas cuando suben fuerte y los turistas en busca de pintxos por el casco histórico del pueblo. Estamos en un hotel recoleto, con decoración clásica, gruesos muros de piedra y ventanales al mar y a la tranquila calle empedrada de San Roque -Roke Deuna-. Desde el salón con chimenea se contempla ese paisaje marino de la playa de Gaztetape con esas olas que, como el fuego de leña, nos atrapan la mirada durante ratos muertos y relajantes. El silencio tal vez sea el mejor sonido de Saiaz Getaria.