El Hotel

El Pla de Mallorca es casi una reserva espiritual a salvo de los bullicios urbanos y turísticos, y una de las comarcas más auténticas y desconocidas de Mallorca. Es Convent d´Ariany, ubicado en uno de los pueblos más pequeños de la comarca, es un refugio privilegiado de armonía y tranquilidad.

Es Convent d’Ariany no es un hotel al uso; es un antiguo convento de las Hermanas Franciscanas regentado por su organización Mater Misericordiae, una institución social que trabaja desde distintos ámbitos para facilitar el bienestar y el desarrollo personal y profesional de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. Tras trabajar durante más de 120 años aportando servicios educativos y sanitarios a los habitantes de Ariany, las Hermanas Franciscanas deciden reconvertir el convento en hotel cuando la Administración inicia la aportación directa de dichos servicios. Con la reconversión se pretende, además de recuperar un edificio emblemático para el pueblo de Ariany, fomentar la formación e integración laboral de personas con discapacidad intelectual. La creación de recursos del hotel permite a Mater Misericordiae desarrollar nuevas actividades que aportan más y mejores opciones de desarrollo personal y profesional a las personas con discapacidad. Gracias a las personas que han decidido alojarse o comer en Es Convent, más de veinte alumnos con discapacidad intelectual se han formado en el hotel, y cinco de ellos trabajan ya en los departamentos de jardinería, limpieza y mantenimiento.

El proyecto social del hotel Es Convent y su privilegiada ubicación, le convierten en un hotel único en Mallorca. Con un diseño y servicios propios de un hotel de cuatro estrellas y situado en un pequeño cerro orientado hacia el sur, desde el que se divisan gran parte de los magníficos y cuidados campos del Pla de Mallorca, Es Convent ofrece sol y luminosidad mediterránea durante todo el año, una sensación de armonía y tranquilidad inigualable, magníficas vistas de exclusiva belleza y grandes dosis de intimidad para disfrutar en familia o en pareja de unas merecidas vacaciones.