Allí donde Gijón huele más a sidra, a poco de divisar Villaviciosa, este hotel singular rompe con gusto el verde circundante con un edificio de líneas limpias, en madera, piedra arenisca, zinc y cristal. Artiem Asturias es, sobre todo, un espacio moderno que nos deja ver el paisaje de Asturias a través de ventanales generosos, desde nuestra habitación o bajo los chorros reponedores de su spa vanguardista. Modernidad y vanguardia que combinan con acierto con mobiliario de inspiración clásica en interiores, con cueros y maderas, telas nobles y patrones de diseño.
En ese ambiente, Artiem Asturias apuesta por una fórmula perfecta de ocio y negocio -fantásticas salas de reuniones-, a un paso de Gijón, de la autovía del Cantábrico y de la playa de La Ñora. Desde nuestra habitación contemplamos la silueta del Macizo del Sueve, montaña mítica de los asturcones, y entre ella y nosotros, el jardín del hotel.
No podemos dejar de mencionar la estación de recarga de coches eléctricos, que encontramos en el parking y que nos hermana aún más con una filosofía de respeto por el ambiente. Aquí, entre el Sueve y el Mar, entre verdes y aguas caldas hemos encontrado una referencia favorita para nuestras escapadas por esta Asturias costera.